Salís del show con el corazón latiendo fuerte, la voz gastada de tanto cantar… y un zumbido constante en los oídos.
Al principio no te preocupás. "Se me va a pasar", pensás. Y probablemente sí.
Pero, ¿y si no?
Ese pitido agudo, ese silencio distorsionado que queda cuando termina la música, tiene un nombre: tinnitus.
Y no es tan inofensivo como parece.
El tinnitus es la percepción de un sonido —generalmente un zumbido, silbido o pitido— sin que haya una fuente externa que lo produzca.
Puede durar minutos, horas... o instalarse para siempre.
Aunque muchas personas lo asocian con adultos mayores o trabajadores expuestos al ruido, cada vez más jóvenes lo experimentan tras conciertos, festivales o salidas a lugares con música fuerte.
Y lo que es más preocupante: normalizamos ese síntoma como parte de la experiencia.
Los datos hablan por sí solos:
Una encuesta del Royal National Institute for Deaf People (RNID) reveló que 58% de los asistentes a conciertos experimentan tinnitus o pérdida auditiva temporal después de escuchar música a alto volumen.
👉 Fuente: RNID, 2024
Otra investigación realizada por Specsavers en Reino Unido mostró que el 81% de los asistentes a festivales salieron del evento con zumbidos en los oídos.
👉 Fuente: Audiology World News, 2023
En estudios entre adolescentes, se encontró que 3 de cada 4 jóvenes reportan tinnitus temporal tras la exposición a música alta en clubs o conciertos.
👉 Fuente: JoinOTO – Hearing Health Study
Y lo más importante: lo que empieza siendo temporal, puede volverse crónico si se repite frecuentemente sin moderación.
Durante un recital, los niveles de sonido pueden alcanzar y superar los 100 dB.
Según la OMS, a ese volumen, el oído comienza a sufrir efectos en menos de 15 minutos si no hay medidas de reducción sonora.
👉 Fuente: WHO – Make Listening Safe
Lo que sentimos como una vibración emocionante, para nuestro oído es una sobrecarga de energía acústica, que pone en riesgo las células sensoriales responsables de procesar el sonido.
El tinnitus es, muchas veces, el primer síntoma de ese estrés auditivo.
Una especie de “alarma” que el cuerpo nos da para advertirnos.
Porque duele más perder una experiencia que tolerar un pitido.
Porque “no quiero usar nada que me quite sonido”.
Porque hasta ahora, cuidarse sonaba a resignarse.
Pero la realidad es que no tenés que elegir entre vivir el momento y cuidar tu oído.
Lo que necesitás es una forma de moderar sin aislarte.
Una solución que no bloquee, sino que suavice.
Que no distorsione, sino que acompañe.
En Comfy Ears creamos Comfy Pods para quienes aman la música en vivo, pero no quieren salir del show con la cabeza zumbando.
No prometemos silencio. Tampoco hacemos que “todo suene menos”.
Lo que hacemos es ayudar a que la experiencia sea más amable con tu oído.
Con un diseño que:
Suaviza el impacto sonoro.
No genera efecto de oclusión.
Respeta la claridad del sonido.
Es cómodo durante todo el evento.
Te ayudan a disfrutar de tus eventos con mayor confort auditivo sin comprometer la claridad del sonido.
👉 Si querés saber más sobre cómo mejorar tu experiencia sonora en conciertos sumate a nuestra comunidad aquí.
Diseño y Fabricación Argentina
Modelo y Diseño Industrial No 105910